A las 16:00 horas de un hermoso domingo, y frente a una multitud de gente en las galerías del Sporting Rugby Club, se llevó a cabo la final campeonato de Clausura de la ARRV, donde se enfrentaban el equipo local contra el Viña Rugby Club. Ambos equipos habían tenido que sufrir para acceder a la gran final, mientras que los “negros” tuvieron que pelear hasta el último suspiro contra Seminario Conciliar para ganarles por 29-25, los de la camiseta “tricolor” habían tenido que luchar duramente con el conjunto de Old Mackayans para vencerlo por 25-17.

Los cuervos habían tenido una semana de preparación bastante buena, en la cual se pudieron pulir los errores que se cometieron en partidos anteriores, y además se logró encontrar un ritmo que era necesario para el equipo, ya que llevaban alrededor de un mes sin jugar. Por todo esto, el cuadro local sabía que una posible victoria dependía sólo de ellos.

Para este importante encuentro, los dirigidos por Gonzalo Carballo y Luigi Peirano alinearon de la siguiente manera: Ocaranza, Muencke (capitán), G. Martínez, Burguener, Albasini, Bacigalupo, Núñez, Bravo, M. Castro, N. Herreros, J. Castro, Cisternas, Nielsen, Fernández e I. Herreros. En la banca quedaban: Camponovo, Franco, Schiappacasse, González, Morales, Urrutia y Metuaze.

Desde el comienzo de las acciones se notó que el equipo local iba a querer plasmarle su ritmo al partido, y que intentaría mantener la posición de la ovalada la mayor cantidad de tiempo posible. Esto generó que muy temprano en el encuentro, Sporting ya se encontraba 3-0 arriba en el marcador tras un penal bien ejecutado por Ignacio “Coyote” Herreros.

A medida que el partido transcurría, la presión de estar jugando una final empezó a pesarles a ambos equipos, ya que se vio un partido muy cerrado y friccionado que no mostró mayor espectáculo. Pero todo eso se dio vuelta cuando terminando el primer tiempo, el cuadro visitante logró apoyar un try convertido que dejó el marcador 3-7, lo que terminaría siendo el resultado parcial al medio tiempo.

En el entretiempo, las instrucciones de los entrenadores fueron claras “el partido pasa por nuestro juego, lo ganamos o lo perdemos nosotros, pero ellos no lo ganan”. Sumado a las elocuentes palabras del capitán “Bototo” Muencke, quien se esmeraba en decir “no pasa nada, que queda mucho partido todavía”

Así fue como el cuadro “negro” salió decidido a dar vuelta el marcador frente a su gente. Esto sucedería tras una buena jugada del “Negro” Metuaze, que avanzó varios metros en un contragolpe, y sumado a la rapidez en el juego desplegado por los tres cuartos del conjunto local, el “Huaso” Cisternas terminó apoyando en la bandera un hermoso try que implicaba pasar arriba en el marcador por un punto. La conversión no fue acertada por “Nico” Herreros (quién no tuvo una buena tarde a los palos), y las cosas quedaban momentáneamente 8-7 para Sporting.

Pero como es la tónica del club del cuervo, no se podía no sufrir. Minutos después del try apoyado por Cisternas, el Viña RC convirtió un drop que dejaba las cosas 8-10 para los visitantes, y que dejaba un final no apto para cardiacos. Pero tras pelear y batallar cada punto de contacto como si fuera el último, Sporting logró fabricarse una infracción frente a los palos que Nicolás Herreros cambió por 3 puntos, lo que modificaba el marcador en favor por los “negros” a 11-10.

Ya con 5 minutos por jugar, y con un conjunto local defendiendo como leones, llegó lo que nadie presente en esa linda tarde de noviembre esperaba, se le entregaba un penal al Viña (con viento a favor y de una posición accesible), que dejaba en completo silencio el ambiente. Pero merecidamente no entró y a Sporting le volvió el alma al cuerpo. Así fue como estos últimos minutos fue aguantar y taclear, esperando que el tiempo pase. Cuando el reloj marcaba 40 minutos, el árbitro del partido terminó el encuentro que decía que Sporting era el campeón del torneo de Clausura 2011. Resultado final, 11-10 frente a muy duro rival.

Destacable son el corazón y amor propio que puso el cuadro local, que nunca dio por perdido el partido, y se rompió el alma por lograr un triunfo tan importante.

¡Felicitaciones Muchachos!